Recientemente he publicado un artículo en la revista especializada Nueva Estética Esta técnica de creación propia nace de la fusión de varias maniobras de masaje: bombeos para incidir sobre el sistema linfático, movimientos de vaciamiento para actuar en el sistema circulatorio sanguíneo y amasamientos y presiones para trabajar ciertos puntos de la musculatura.
En general, el masaje mioxigenante favorece la eliminación de toxinas acumuladas, tanto a nivel muscular como circulatorio. El objetivo es conseguir activar el metabolismo músculo-cutáneo, mejorando los intercambios de nutrientes y oxígeno, aportando mayor elasticidad a los tejidos, fascias y músculos.
Es importante tener en cuenta que las maniobras deben ser muy lentas, suaves y precisas. Este ritmo pausado propicia la relajación, pues se actúa justamente sobre el sistema nervioso parasimpático. Un valor añadido del masaje mioxigenante es que puede asociarse a otros tratamientos faciales para aumentar sus beneficios y personalizar la sesión en cabina, en función de las necesidades de cada cliente.
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