El envejecimiento es el resultado de un conjunto de modificaciones que se dan en nuestro organismo como consecuencia del tiempo vivido y del modo en cómo se ha vivido. Es por tanto, un proceso natural e inevitable.
Desde el punto de vista estético, la función del profesional de la estética es doble. Por un lado, tiene un papel fundamental en la prevención del envejecimiento, asesorando especialmente al cliente en los cuidados de higiene y protección, renovación celular, estimulación circulatoria e hidratación, pero siempre, personalizando el tratamiento.
Por otro lado, el profesional debe tratar directamente las manifestaciones ya instauradas del envejecimiento cutáneo, por lo que en función de las características y necesidades del cliente, realizará el diseño del tratamiento estético.
Actualmente, se dispone de una cosmética con activos cada vez más especializados, una tecnología muy diversa y efectiva, además técnicas manuales encaminadas hacia la activación circulatoria, la tonificación muscular y cutánea o bien, mediante el empleo de técnicas de equilibrio energético.
Una de las técnicas de masaje muy recomendable por sus resultados es el denominado masaje de remodelaje facial.
Con este masaje trabajamos de forma analítica los músculos que más influyen en el envejecimiento del rostro: platisma del cuello, masetero, elevador común del labio superior y la nariz, frontal, piramidal, superciliar y orbiculares de ojos y boca.
La técnica se basa en repetidas estimulaciones manuales cuya respuesta es el aumento de la tensión muscular de trabajo y por tanto, de su reafirmación. Al dirigir la maniobra hacia las inserciones se pretende que los propioceptores de las inserciones musculares aumenten su capacidad de reacción y, por tanto, el nervio que lo inerva reaccione más rápidamente a su respuesta: aumento de la tensión. Para ello realizamos estiramientos con las dos manos sobre cada grupo muscular. La maniobra especial de remonte tiene por finalidad “fijar” el modelaje adquirido.
Con el masaje de Remodelaje Facial producimos una hiperemia local que contribuye en el metabolismo cutáneo y estimulamos la síntesis de colágeno al actuar directamente sobre el tejido conjuntivo, y cuyo resultado se visualiza en una mejora de la apariencia de las arrugas.